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Este blog es el resultado del trabajo realizado por los estudiantes de la asignatura "Comunicación, Conflicto y Periodismo" de la Facultad de Comunicacion Social para la Paz de la Universidad Santo Tomas de Bogota, Colombia. Esta investigación ha sido desarrollada por: Diego Fernando Monroy, Angela Viviana Silva, Gina Carolina Sierra, Jeisson Martinez, Luis Fernado Giraldo y Lorena Arenas. El trabajo ha sido dirigido por el profesor Maurizio Ali”.

miércoles, 8 de abril de 2009

DUERMEN PERO NO DESCANSAN

En el cementerio, los cadáveres que no son reclamados por sus familiares luego de terminar su tiempo de arrendamiento, son vendidos a universidades y estudiantes de medicina.

Los cementerios privados, son lo que más venden huesos y dientes a estudiantes de medicina, con un permiso especial de la universidad acreditándolo para hacerlo, pese a no tener una veeduría por parte del distrito.

“He trabajado aquí en el cementerio central durante 43 años de mi vida y siempre he sabido del negocio de la venta de los huesos y dientes, muchas veces vi a los sepultureros sacar de tumbas esqueletos para comerciarlos aquí mismo. Es más algunos dicen que en la recepción tienen un formato que diligencian los estudiantes donde hacen la solicitud y además de eso agregan un permiso de la universidad donde acreditan que son estudiantes de medicina” cuenta doña Concepción Ramírez, vendedora de flores.

Celadores, vendedores de flores y fabricantes de lapidas del sector son testigos de los diferentes usos y abusos que se le hacen al cuerpo después de muerto: como brujería, ritos y tumbas saqueadas es lo que más se ve en el cementerio central; aunque esta situación solo la conocen aquellos que han trabajado durante años en este lugar afirman los sepultureros.

Sin embargo, los muertos también se quejan, en las noches se oyen voces y se ven sombras; en el pabellón de párvulos donde yacen bebes se los escucha llorar, reír y jugar así lo cuenta don José Ramos mientras hacen las rondas al cementerio.

“Todos los días tengo que barrer y hacer aseo en el cementerio, desenterrar muertos a los que se les ha acabado el tiempo de arrendamiento y encuentra uno muchas cosas: plumas negras, muñecos en cera, fotos dentro de las tumbas, velones, alfileres, animales secos, cintas pegadas en la parte de los pies, ropa y eso es gente que entra hacer maleficios; anteriormente habían negocios de estos alrededor del cementerio pero con el tiempo, construyeron negocios y ya no están” dice Fernando Ponguta trabajador del lugar.

Pues ya ni los muertos gozan de la luz perpetua y de un campo santo porque han profanado muchas veces su casa con fines maléficos y económicos que aun los vivos aprovechan.


Por Claudia Lorena arenas

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